Antonio Rosales, héroe de Culiacán

29 de octubre de 2005

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El nombre oficial de Culiacán es Culiacán Rosales. Uno al oir el nombre quizás se imagine que la ciudad esta llena de rosas... de rosales, pero no.

El nombre de Rosales es en honor a Antonio Rosales, el héroe de San Pedro. Así como Veracruz es Veracruz de la Llave por Ignacio de la LLave o Acapulco es Acapulco de Juárez por Benito Juárez, Culiacán es Culiacán Rosales por Antonio Rosales. Todos ellos son héroes mexicanos de los tiempos de la Reforma y el Imperio

Yo nunca en mi vida había oído de Antonio Rosales. Y parece que muchos culichis (gentilicio de Culiacán) tampoco.

Junto a la Catedral de Culiacán está la Plazuela Obregón. Ahí hay un parque con kiosco y también está la estatua de un jinete. La estatua no tiene ninguna placa que diga quien es el jinete... ¿Será Alvaro Obregón? ¿Será Ignacio Zaragoza? ¿Será el monumento al héroe desconocido?

Le pregunté a algunos culichis que paseaban por el parque si sabían quien era. Nadie sabía.

Fue un ancianito el que me dio la respuesta:

- "ese es mi general Antonio Rosales, el héroe de San Pedro".

El ancianito nació en Zacatecas y sabía quien era Antonio Rosales por que ambos son paisanos. El general Rosales también nació en Zacatecas.

Antonio Rosales es como Ignacio Zaragoza: logró derrotar al ejército francés, considerado el más poderoso del mundo y casi invencible en los tiempos de la invasión francesa a México y el Imperio de Maximiliano de Habsburgo (1862-1867).

La diferencia es que Rosales no ha recibido el reconocimiento que se merece. Rosales no tiene un billete o moneda que conmemore su victoria. Yo no me acuerdo de ninguna avenida importante o callejón perdido en la ciudad de México que lleve su nombre. El día que Antonio Rosales derrotó a los franceses no es día de fiesta nacional en México, como si ocurre con el 5 de mayo. Tampoco recuerdo haber oído de él o su victoria en toda mi vida.

Insisto: el mérito de Antonio Rosales fue derrotar al ejército francés, considerado el más poderoso del mundo y casi invencible en los tiempos de la invasión francesa a México y el Imperio de Maximiliano de Habsburgo (1862-1867).

Al frente de 400 hombres, Antonio Rosales derrotó al ejército invasor francés en un paraje llamado San Pedro el 22 de diciembre de 1864. A esta gesta heroica se le conoce como la Batalla de San Pedro.

A unos 70 kilómetros de Culiacán está el poblado de Altata. En esas épocas Altata era un puerto de altura que competía directamente con el puerto de Mazatlán - los habitantes de Culiacán lo construyeron precisamente para eso: para competir con Mazatlán y obtener su tajada del pastel del comercio con el exterior -.

El puerto de Altata desapareció tras un violento huracán que azotó ese lugar y lo borró del mapa. El poblado de Altata aún existe, pero el puerto de altura ya no. Se lo comió el mar...

Durante la intervención francesa los franchutes (franceses) desembarcaron en Altata. Tenían como objetivo apoderarse de Culiacán.

A Antonio Rosales le encomendaron defender la ciudad. Pero no tenía recursos, no tenía municiones ni armas suficientes. Las condiciones estaban dadas para que los franchutes tomaran Culiacán casi casi sin despeinarse y que Antonio Rosales los recibiera con una frase histórica como: "si hubiera parque, ustedes no estarían aquí" o "mejoramos en la actitud... pero aún nos falta contundencia"

Pero Antonio Rosales no se resignó a su suerte y preparó la defensa de Culiacán. Rosales conocía el terreno y decidió que el mejor lugar para enfrentarse a los franchutes era en San Pedro.

Y es que en San Pedro había en esos tiempos una nopalera. Estaba lleno de cactos y nopales, de cactos y nopales con espinas. Los cactos y los nopales formaban una muralla natural casi impenetrable.

Y si, cuando llegaron los franchutes su caballería no pudo hacer una carga contra los mexicanos, pues los nopales y los cactos se lo impedían. Los caballos y los jinetes se herían con las espinas.

De esta manera las líneas de la caballería y de la infantería francesa se tuvieron que deshacer gracias a la muralla natural que los cactos y los nopales ofrecían.

No todo termina ahí. Cuando a los mexicanos se les acabó el parque, las municiones, arremetieron en contra de los franchutes usando pencas de nopal con espinas. ¡Órale cabrones! ¡Órale pinches franchutes! ¡Viva México! Seguramente también hicieron uso de mentadas de madre... que también duelen.

Y si, la estrategia fue exitosa y Antonio Rosales y su ejército derrotaron a los franchutes en la batalla de San Pedro. ¡Viva México! ¡Viva mi general Antonio Rosales! ¡Antonio Rosales para el billete de 2,000 pesos! ¡Antonio Rosales a los libros de historia!


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